Primero explicaremos el origen del discurso/paradigma
de la educación por competencias y su relación con la sociedad de la
información:
En la sociedad, se ha ido evolucionando y produciendo grandes
cambios y transformaciones tanto sociales como políticas que nos explican el
interés por la competencias básica que hay en la actualidad.
Para poder evolucionar y mejorar con aptitud, rapidez
y habilidad en la sociedad de la información y la comunicación en la que
vivimos actualmente, en la que todo cambia constantemente, debemos tener en
cuenta que las políticas educativas no pueden ser cerradas, sino que deben
estar abiertas al cambio y a la innovación para mejorar.
Para hacer frente a todos los desafíos sociales que
envuelven a los alumnos, se deben buscar nuevas formas de enfocar las políticas
educativas y el currículo.
“El término “competencia” fue
empleado por David McClelland, profesor de Psicología de la Universidad de
Harvard, y de sus investigaciones se puede extraer que el éxito para conseguir
un puesto de trabajo va más allá de los títulos obtenidos y las pruebas
psicológicas a las que seas expuesto. Desempeñar bien un trabajo depende más de
las características de la propia
persona, de sus competencia.” (López Cazorla, 2010)
Una vez conocido de donde proviene el término
competencia y quien fue pinero en utilizarlo, procederemos a conocer el origen
del discurso de la educación por competencias.
A partir de los años 90 se
comienza a promover investigaciones para el aprendizaje basado en competencias,
una publicación fue el proyecto CHEERS (Career after Higher Education: an
European Research Study) en 1997 (López Cazorla, 2010), en el cual, por un lado
se señalan las competencias exigidas en el mundo laboral y por otro, permite
apreciar el grado en que la formación superior ayuda a la adquisición de las
competencias que posibiliten la incorporación al mundo laboral. El proyecto
CHEERS analiza la transición de los jóvenes universitarios europeos al mercado
laboral (Ivie, 2001) .
Un documento llamado DeSeCo
(Definición y Selección de Competencias), elaborado por la OCDE entre 1996-2006,
pretendía fijar las competencias clave, y por el cual, casi todos los países de
la OCDE, entre los cuales se encuentra España, comenzaron a reformular sus
currículos escolares girando en torno a las competencias. (López Cazorla,
2010). Este documento señalaba la importancia de los conocimientos, habilidades
y competencias en las personas y la sociedad, que es ampliamente aceptado entre
los responsables políticos de los países de la OCDE. En el nivel del discurso,
una buena educación, con conocimientos, ciudadanía y una alta cualificación, es
visto como factores importantes frente a los retos del presente y del futuro.
El mayor impulso en los países de la OCDE para los esfuerzos y el apoyo en el
ámbito de las competencias clave han venido del sector empresarial. Desde un
punto de vista puramente económico, las competencias de los individuos son
vistos como importantes porque contribuyen al aumento de la productividad y
competencia en el mercado, a minimizar el desempleo mediante el desarrollo de
una fuerza laboral adaptable y calificado; y la creación de un entorno para la
innovación en un mundo dominado por la competencia global. Desde una
perspectiva social más amplia, los conocimientos, habilidades y competencias
son importantes debido a sus contribuciones fuera del dominio de la economía y
el trabajo (OECD, 2015) .
Después en el año 2000,
destacaría el Foro Mundial sobre la educación de Dakar y la Cumbre
Extraordinaria del Consejo de Europa que se llevó en Lisboa. “El primero se convocó para
evaluar los avances realizados en materia de educación para todos, analizar
dónde y por qué la meta sigue siendo difícil de alcanzar, y renovar los
compromisos para convertir esta visión en realidad (Fiske, 2000) . En el segundo, se propone la necesidad de detallar o
fijar unas competencias básicas para garantizar la obtención de conocimientos
coherentes con la sociedad actual (López Cazorla, 2010).
Luego, con el Proyecto Tuning
(2003), siguiendo las directrices de la Declaración de Bolonia (1999) intentaba
la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), contando
principalmente con las competencias clave, estableciendo primero competencias
específicas asociadas a las diferentes titulaciones (López Cazorla, 2010).
El nombre Tuning fue elegido
con el objetivo de reflejar la idea de que las universidades no buscan la
uniformidad en sus programas de titulación o cualquier forma prescriptiva o definitiva
del currículo europeo sino que simplemente puntos de referencia, convergencia y
entendimiento mutuo. Este proyecto sirve de plataforma para desarrollar puntos
de referencia en el contexto de las disciplinas que son importantes a la hora
de elaborar programas de estudio comparables, compatibles y transparentes. Los
puntos de referencia se expresan en términos de resultados del aprendizaje y
competencias y los resultados del aprendizaje son manifestaciones de lo que se
espera que un estudiante sepa, entienda y sea capaz de demostrar una vez
concluido el aprendizaje. Donde las competencias representan una combinación
dinámica de las capacidades cognitivas y metacognitivas, de conocimiento y
entendimiento, interpersonales, intelectuales y prácticas, así como de los
valores éticos (Europea, 2003) .
Más tarde, con el programa de
“Trabajo Educación y Formación 2010”, la Unión Europea presenta en el año 2004
un documento donde se señalan y exponen ocho competencias básicas, que son las
que se irán incorporando en el currículo que se materializa legalmente en la
LOE (2006) (López Cazorla, 2010). Se propuso este programa con el objetivo de
alcanzar los sistemas educativos y de formación. Y entre los objetivos se
encontrarían: garantizar el acceso de todos a las TIC, la igualdad de
oportunidades y cohesión social, mejorar la educación y la formación de
profesores y formadores, un entorno de aprendizaje abierto, promocionar la
ciudadanía activa, etc. (Europea U. , 2004) .
Ese es el origen del
discurso/paradigma de la educación por competencias, ahora pasaremos a analizar
la relación de las competencias con la sociedad de la información.
Vivimos en una sociedad
conformada por una red de sucesos y fenómenos que al unificarse son exponen los
motivos por los cuales aparece el aprendizaje por competencias y su necesidad
en la sociedad actual. De entre los sucesos y fenómenos, encontramos la
globalización, el multiculturalismo, las nuevas tecnologías de la comunicación,
el acceso de toda la información que estas generan y que provocan el
replanteamiento de la sociedad del conocimiento, la aspiración a la calidad,…,
la educación debe dar solución a todos estos desafíos pese a su dificultad y
complejidad.
La
actual aplicación del aprendizaje por competencias en la educación, procede del
entorno laboral y empresarial, de ahí que se provoquen disputas y críticas por
el enfoque competencial que se ha fijado en la educación (Valle & Manso 2013).
Debemos apreciar también que
el apoyo a este paradigma educativo no procede solo de la Unión Europea. Cómo
hemos podido apreciar anteriormente, sus orígenes no son educativos, incluso
cuando se incorporan en el ámbito educativo, no lo hace en la educación
obligatoria; sino que se incorpora en la Formación Profesional, que está más
cercano al mercado laboral (Valle & Manso 2013).
Los conocimientos sobre las
competencias del ámbito empresarial y laboral al educativo tomaron peso en la
sociedad y la educación, puesto que lo que ahora se busca en los jóvenes es que
progresen y aprendan, tanto a nivel intelectual, como cultural, como laboral.
En la sociedad en la cual vivimos, la educación se basa tanto en lo que los
niños deben aprender intelectualmente, y lo que deben conocer para su futuro
laboral, los preparan, con competencias, para lo que se enfrentarán en el
futuro y lo que les exigirán.
Un aspecto relacionado
íntimamente con las competencias es el concepto de aprendizaje permanente, que
en este mundo que cada vez es más complejo, la aptitud, creatividad y capacidad
de seguir aprendiendo y renovándose es lo importante y cobrará gran importancia
en áreas específicas del conocimiento. Y así, el aprendizaje permanente comenzó
a formar parte de los programas europeos en los sectores de la educación, la
formación y la juventud (Valle & Manso 2013).
Podemos apreciar que tanto
las competencias clave como el aprendizaje permanente, conviven y están igual
de presentes en las políticas educativas actuales de la Unión Europea, y que
ambas está relacionadas y se complementan la una a la otra, para afrontar los
retos de la sociedad contemporánea.
Ambos conceptos deben
relacionarse, comprenderse, para el más optimo desarrollo del ciudadano, de la
persona; no solo para que se adapte al mundo laboral, sino para introducirla y
que forme parte de todo lo que la sociedad implica y afronte todos lo rejos y complejidades de la
sociedad actual.
La necesidad por este hecho,
de igualdad entre los ciudadanos llega por una educación de calidad para todos.
Los alumnos, al terminar su
escolarización obligatoria, y en su proceso de formación, deben de haber
adquirido las competencias clave, más que las destrezas básicas. Esto se debe a
un cambio de paradigma pedagógico de sentido conceptual; puesto que el concepto
de “Competencia” tiene un mayor significado que el de “destreza”. La
competencia supone la integración de unos conocimientos, destrezas
(habilidades) y actitudes (que son las dimensiones de la competencia: dimensión
cognitiva, dimensión instrumental y dimensión actitudinal) para aplicar esa
integración de forma práctica y creativa en la ejecución de una tarea que debe
tener una relación clara con la vida: lo que denominamos el desempeño de la
competencia. La competencia, debe entenderse como un desempeño o realización,
ya que representa una aplicación práctica de lo que se sabe, o sea, que es la
representación practica de lo que sabemos (Valle
& Manso 2013).
Las
competencias clave son “las llaves” que permitirán a los alumnos abrir las
puertas de futuros aprendizajes y conocimientos, en un marco de aprendizaje
permanente propio del escenario de la sociedad contemporánea actual, en el que
el conocimiento es la base de la sociedad y se debe estar constantemente
aprendiendo y renovándose. Y por lo tanto, las ocho competencias claves que finalmente sintetizó la Unión Europea
fueron (Valle & Manso 2013):
·
Comunicación en lengua materna
·
Comunicación en lengua extranjera
·
Competencia matemática, científica y técnica
·
Competencia digital
·
Aprender a aprender
·
Competencia cívica y social
·
Sentido emprendedor e iniciativa
·
Sentido y expresión cultural
Y
con esto se termina el análisis de la relación de las competencias con la sociedad de la información.
Ahora
vamos a explicar cómo se ha ido incorporando la educación por competencias en
nuestra legislación educativa.
Primero, en las leyes de
educación, en la LOE, por ejemplo, comienza explicando que para fomentar el
aprendizaje a lo largo de toda la vida de los alumnos y las personas implica proporcionar
a los jóvenes una educación completa, que abarque todos los conocimientos y las
competencias básicas que resultan necesarias en la sociedad actual y en la vida,
que les permita desarrollar los valores que sustentan la práctica de la
ciudadanía democrática, la vida en común y la cohesión social, que estimule en
ellos y ellas el deseo y ambición de seguir aprendiendo y la capacidad de
aprender por sí mismos. También, supone ofrecer posibilidades a las personas
jóvenes y adultas de combinar el estudio y la formación con la actividad
laboral o con otras actividades.
Las competencias siempre
están enfocadas a la educación y formación de los alumnos sobre todo, pero
también al ámbito laboral (Estado, 2013) .
Los alumnos para lograr los
objetivos educativos deben alcanzar también con éxito las competencias exigidas
en la ley de educación.
Las competencias básica, en
el caso de la LOE, tomaron gran importancia y deben estar presentes tanto por
ley como siendo tratadas como un objetivo a alcanzar por todos los alumnos y
personas, puesto que en consenso y con premeditación se ha llegado a la
conclusión de que las competencias son necesarias en la formación de las
personas.
La primera vez que aparece el
concepto de “competencias básicas” es en la legislación educativa española, en
la LOE de 2006. Más tarde, en la LOMCE (2013) siguen siendo elemento esencial e
imprescindible en el currículo, y recibe el nombre de “las siete competencias
clave”. Y éstas con igual de importantes que el resto de elementos
curriculares, como los objetivos, los contenidos, la metodología o los
criterios de evaluación (Cortés Alegre, 2014) .
Desde hace años, la UNESCO dispuso
los principios precursores de las competencias: “aprender a conocer, a hacer a
ser y a convivir”; pero más tarde el estudio DeSeCo, definió, seleccionó y
expuso las competencias clave para los países de la Unión Europea.
Debemos tener en cuenta
también que actualmente sólo se somete al alumnos a pruebas externas escritas
para valorar la calidad de sus conocimientos y los contenidos memorísticos que
ha adquirido a lo largo del curso; pero las competencias no tienen forma de
evaluarse o medirse usando exclusivamente pruebas escritas y corregidas por
agentes externos al centro sino que se debe tener en cuenta el criterio del
profesorado que ha intervenido en el proceso diario de aprendizaje-enseñanza de
dichos alumnos (Cortés Alegre, 2014) .
Las personas y sobre todo los
alumnos en edad escolar, necesitamos las competencias claves para la propia
realización y desarrollo personal e intelectual, para obtener el ejercicio de una ciudadanía activa responsable
y la necesaria inclusión social y laboral que tanto se demanda en la sociedad
actual. Estas competencias se conceptualizan como un “saber hacer desde el conocimiento
y la experiencia”, o sea, saber llevar a la practica un conocimiento y no
quedarse solo en el contenido teórico o como esa capacidad personal que debemos
desarrollar las personas para resolver adecuadamente las situaciones-problema
de la vida cotidiana y real que nos rodea. Las competencias clave deben
significar una oportunidad de mejora para que los alumnados aprendan mayor
cantidad de contenidos y mejor, contribuyendo y ayudando a reducir el fracaso
escolar y a mejorar la atención a la diversidad (Cortés Alegre, 2014) .
La
aplicación de las competencias dentro de las aulas ayuda a mejorar y asentar
las bases culturales que todos los alumnos deben adquirir al acabar la
educación obligatoria. Trabajar por competencias
significa determinar los aprendizajes y conocimientos mínimos e imprescindibles
que cada alumno debe adquirir de cada área, los estándares de aprendizaje que
debe “saber y saber hacer”, para defenderse en la sociedad del siglo XXI en la
que vivimos actualmente y también para
seguir aprendiendo en las siguientes etapas educativas o a lo largo de la vida (Cortés
Alegre, 2014) .
En conclusión, como hemos
podido comprobar en todo lo leído anteriormente sobre las competencias, éstas
son muy importantes y son un factor clave en la educación de los niños, los
cuales deben adquirirlas para mejorar, progresar y evolucionar a mejor en ese
momento y en el futuro. Por esta razón, se ha decidido que las competencias
clave se encuentren siempre en las leyes educativas, a pesar de no poder ser
evaluadas, como los conocimientos adquiridos en una asignatura a través de un
examen, pero aún así también son muy importantes y las evalúa el profesional
que enseña a sus alumnos durante un curso escolar entero.
Bibliografía:
· López Cazorla, F.
J. (2010). Una educación por competencias
para una sociedad del siglo XXI. Revista digital de innovación y
experiencias educativas, (33). 1-16
·
Ivie. (Octubre de 2001). Educación superior y empleo
de los titulos universitarios en Europa. Capital Humano(13).
· OECD. (2015). Definition and Selection of
Competencies (DeSeCo). Obtenido de
OECD: http://www.oecd.org/education/skillsbeyondschool/definitionandselectionofcompetenciesdeseco.htm
Fiske, E. B. (2000). Foro Mundial sobre la
Educación. Dakar, Senegal: UNESCO. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001211/121117s.pdf
· Europea, C. (2003). Tuning Educational Structures in
Europe. Socrates - Tempus. Recuperado
de:
· Europea, U. (3 de Marzo de 2004). EDUCACIÓN Y
FORMACIÓN 2010. Recuperado el 9 de
Mayo de 2015, de Consejo de la Unión Europea :
· Valle, J. & Manso, J. (2013). Competencias clave como tendencia de la política educativa
supranacional de la Unión Europea. Extraordinario, 12-33.
- Jefatura del Estado. (10 de Diciembre de 2013). Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Recuperado el 8 de Mayo de 2015, de BOE, Legislación Consolidada: https://www.boe.es/buscar/pdf/2006/BOE-A-2006-7899-consolidado.pdf
- Cortés Alegre, A. (12 de Junio de 2014). El nuevo currículo LOMCE y el trabajo por competencias. Fórum Aragón, 30-33.
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