Blog de Mónica Collado. Universidad de Castilla - La Mancha.

lunes, 11 de mayo de 2015

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN POR COMPETENCIAS

Primero explicaremos el origen del discurso/paradigma de la educación por competencias y su relación con la sociedad de la información:

En la sociedad, se ha ido evolucionando y produciendo grandes cambios y transformaciones tanto sociales como políticas que nos explican el interés por la competencias básica que hay en la actualidad.

Para poder evolucionar y mejorar con aptitud, rapidez y habilidad en la sociedad de la información y la comunicación en la que vivimos actualmente, en la que todo cambia constantemente, debemos tener en cuenta que las políticas educativas no pueden ser cerradas, sino que deben estar abiertas al cambio y a la innovación para mejorar.

Para hacer frente a todos los desafíos sociales que envuelven a los alumnos, se deben buscar nuevas formas de enfocar las políticas educativas y el currículo.

“El término “competencia” fue empleado por David McClelland, profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, y de sus investigaciones se puede extraer que el éxito para conseguir un puesto de trabajo va más allá de los títulos obtenidos y las pruebas psicológicas a las que seas expuesto. Desempeñar bien un trabajo depende más de las  características de la propia persona, de sus competencia.” (López Cazorla, 2010)

Una vez conocido de donde proviene el término competencia y quien fue pinero en utilizarlo, procederemos a conocer el origen del discurso de la educación por competencias.

A partir de los años 90 se comienza a promover investigaciones para el aprendizaje basado en competencias, una publicación fue el proyecto CHEERS (Career after Higher Education: an European Research Study) en 1997 (López Cazorla, 2010), en el cual, por un lado se señalan las competencias exigidas en el mundo laboral y por otro, permite apreciar el grado en que la formación superior ayuda a la adquisición de las competencias que posibiliten la incorporación al mundo laboral. El proyecto CHEERS analiza la transición de los jóvenes universitarios europeos al mercado laboral (Ivie, 2001).

Un documento llamado DeSeCo (Definición y Selección de Competencias), elaborado por la OCDE entre 1996-2006, pretendía fijar las competencias clave, y por el cual, casi todos los países de la OCDE, entre los cuales se encuentra España, comenzaron a reformular sus currículos escolares girando en torno a las competencias. (López Cazorla, 2010). Este documento señalaba la importancia de los conocimientos, habilidades y competencias en las personas y la sociedad, que es ampliamente aceptado entre los responsables políticos de los países de la OCDE. En el nivel del discurso, una buena educación, con conocimientos, ciudadanía y una alta cualificación, es visto como factores importantes frente a los retos del presente y del futuro. El mayor impulso en los países de la OCDE para los esfuerzos y el apoyo en el ámbito de las competencias clave han venido del sector empresarial. Desde un punto de vista puramente económico, las competencias de los individuos son vistos como importantes porque contribuyen al aumento de la productividad y competencia en el mercado, a minimizar el desempleo mediante el desarrollo de una fuerza laboral adaptable y calificado; y la creación de un entorno para la innovación en un mundo dominado por la competencia global. Desde una perspectiva social más amplia, los conocimientos, habilidades y competencias son importantes debido a sus contribuciones fuera del dominio de la economía y el trabajo (OECD, 2015).

Después en el año 2000, destacaría el Foro Mundial sobre la educación de Dakar y la Cumbre Extraordinaria del Consejo de Europa que se llevó en Lisboa. “El primero se convocó para evaluar los avances realizados en materia de educación para todos, analizar dónde y por qué la meta sigue siendo difícil de alcanzar, y renovar los compromisos para convertir esta visión en realidad (Fiske, 2000). En el segundo, se propone la necesidad de detallar o fijar unas competencias básicas para garantizar la obtención de conocimientos coherentes con la sociedad actual (López Cazorla, 2010).

Luego, con el Proyecto Tuning (2003), siguiendo las directrices de la Declaración de Bolonia (1999) intentaba la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), contando principalmente con las competencias clave, estableciendo primero competencias específicas asociadas a las diferentes titulaciones (López Cazorla, 2010).
El nombre Tuning fue elegido con el objetivo de reflejar la idea de que las universidades no buscan la uniformidad en sus programas de titulación o cualquier forma prescriptiva o definitiva del currículo europeo sino que simplemente puntos de referencia, convergencia y entendimiento mutuo. Este proyecto sirve de plataforma para desarrollar puntos de referencia en el contexto de las disciplinas que son importantes a la hora de elaborar programas de estudio comparables, compatibles y transparentes. Los puntos de referencia se expresan en términos de resultados del aprendizaje y competencias y los resultados del aprendizaje son manifestaciones de lo que se espera que un estudiante sepa, entienda y sea capaz de demostrar una vez concluido el aprendizaje. Donde las competencias representan una combinación dinámica de las capacidades cognitivas y metacognitivas, de conocimiento y entendimiento, interpersonales, intelectuales y prácticas, así como de los valores éticos (Europea, 2003).

Más tarde, con el programa de “Trabajo Educación y Formación 2010”, la Unión Europea presenta en el año 2004 un documento donde se señalan y exponen ocho competencias básicas, que son las que se irán incorporando en el currículo que se materializa legalmente en la LOE (2006) (López Cazorla, 2010). Se propuso este programa con el objetivo de alcanzar los sistemas educativos y de formación. Y entre los objetivos se encontrarían: garantizar el acceso de todos a las TIC, la igualdad de oportunidades y cohesión social, mejorar la educación y la formación de profesores y formadores, un entorno de aprendizaje abierto, promocionar la ciudadanía activa, etc. (Europea U. , 2004).

Ese es el origen del discurso/paradigma de la educación por competencias, ahora pasaremos a analizar la relación de las competencias con la sociedad de la información.

Vivimos en una sociedad conformada por una red de sucesos y fenómenos que al unificarse son exponen los motivos por los cuales aparece el aprendizaje por competencias y su necesidad en la sociedad actual. De entre los sucesos y fenómenos, encontramos la globalización, el multiculturalismo, las nuevas tecnologías de la comunicación, el acceso de toda la información que estas generan y que provocan el replanteamiento de la sociedad del conocimiento, la aspiración a la calidad,…, la educación debe dar solución a todos estos desafíos pese a su dificultad y complejidad.

La actual aplicación del aprendizaje por competencias en la educación, procede del entorno laboral y empresarial, de ahí que se provoquen disputas y críticas por el enfoque competencial que se ha fijado en la educación (Valle & Manso 2013).

Debemos apreciar también que el apoyo a este paradigma educativo no procede solo de la Unión Europea. Cómo hemos podido apreciar anteriormente, sus orígenes no son educativos, incluso cuando se incorporan en el ámbito educativo, no lo hace en la educación obligatoria; sino que se incorpora en la Formación Profesional, que está más cercano al mercado laboral (Valle & Manso 2013).

Los conocimientos sobre las competencias del ámbito empresarial y laboral al educativo tomaron peso en la sociedad y la educación, puesto que lo que ahora se busca en los jóvenes es que progresen y aprendan, tanto a nivel intelectual, como cultural, como laboral. En la sociedad en la cual vivimos, la educación se basa tanto en lo que los niños deben aprender intelectualmente, y lo que deben conocer para su futuro laboral, los preparan, con competencias, para lo que se enfrentarán en el futuro y lo que les exigirán.

Un aspecto relacionado íntimamente con las competencias es el concepto de aprendizaje permanente, que en este mundo que cada vez es más complejo, la aptitud, creatividad y capacidad de seguir aprendiendo y renovándose es lo importante y cobrará gran importancia en áreas específicas del conocimiento. Y así, el aprendizaje permanente comenzó a formar parte de los programas europeos en los sectores de la educación, la formación y la juventud (Valle & Manso 2013).

Podemos apreciar que tanto las competencias clave como el aprendizaje permanente, conviven y están igual de presentes en las políticas educativas actuales de la Unión Europea, y que ambas está relacionadas y se complementan la una a la otra, para afrontar los retos de la sociedad contemporánea.

Ambos conceptos deben relacionarse, comprenderse, para el más optimo desarrollo del ciudadano, de la persona; no solo para que se adapte al mundo laboral, sino para introducirla y que forme parte de todo lo que la sociedad implica y  afronte todos lo rejos y complejidades de la sociedad actual.



La necesidad por este hecho, de igualdad entre los ciudadanos llega por una educación de calidad para todos.

Los alumnos, al terminar su escolarización obligatoria, y en su proceso de formación, deben de haber adquirido las competencias clave, más que las destrezas básicas. Esto se debe a un cambio de paradigma pedagógico de sentido conceptual; puesto que el concepto de “Competencia” tiene un mayor significado que el de “destreza”. La competencia supone la integración de unos conocimientos, destrezas (habilidades) y actitudes (que son las dimensiones de la competencia: dimensión cognitiva, dimensión instrumental y dimensión actitudinal) para aplicar esa integración de forma práctica y creativa en la ejecución de una tarea que debe tener una relación clara con la vida: lo que denominamos el desempeño de la competencia. La competencia, debe entenderse como un desempeño o realización, ya que representa una aplicación práctica de lo que se sabe, o sea, que es la representación practica de lo que sabemos (Valle & Manso 2013).

Las competencias clave son “las llaves” que permitirán a los alumnos abrir las puertas de futuros aprendizajes y conocimientos, en un marco de aprendizaje permanente propio del escenario de la sociedad contemporánea actual, en el que el conocimiento es la base de la sociedad y se debe estar constantemente aprendiendo y renovándose. Y por lo tanto, las ocho competencias claves  que finalmente sintetizó la Unión Europea fueron (Valle & Manso 2013):

·         Comunicación en lengua materna
·         Comunicación en lengua extranjera
·         Competencia matemática, científica y técnica
·         Competencia digital
·         Aprender a aprender
·         Competencia cívica y social
·         Sentido emprendedor e iniciativa
·         Sentido y expresión cultural


Y con esto se termina el análisis de la relación de las competencias con la sociedad de la información.


Ahora vamos a explicar cómo se ha ido incorporando la educación por competencias en nuestra legislación educativa.

Primero, en las leyes de educación, en la LOE, por ejemplo, comienza explicando que para fomentar el aprendizaje a lo largo de toda la vida de los alumnos y las personas implica proporcionar a los jóvenes una educación completa, que abarque todos los conocimientos y las competencias básicas que resultan necesarias en la sociedad actual y en la vida, que les permita desarrollar los valores que sustentan la práctica de la ciudadanía democrática, la vida en común y la cohesión social, que estimule en ellos y ellas el deseo y ambición de seguir aprendiendo y la capacidad de aprender por sí mismos. También, supone ofrecer posibilidades a las personas jóvenes y adultas de combinar el estudio y la formación con la actividad laboral o con otras actividades.
Las competencias siempre están enfocadas a la educación y formación de los alumnos sobre todo, pero también al ámbito laboral (Estado, 2013).
Los alumnos para lograr los objetivos educativos deben alcanzar también con éxito las competencias exigidas en la ley de educación.
Las competencias básica, en el caso de la LOE, tomaron gran importancia y deben estar presentes tanto por ley como siendo tratadas como un objetivo a alcanzar por todos los alumnos y personas, puesto que en consenso y con premeditación se ha llegado a la conclusión de que las competencias son necesarias en la formación de las personas.

La primera vez que aparece el concepto de “competencias básicas” es en la legislación educativa española, en la LOE de 2006. Más tarde, en la LOMCE (2013) siguen siendo elemento esencial e imprescindible en el currículo, y recibe el nombre de “las siete competencias clave”. Y éstas con igual de importantes que el resto de elementos curriculares, como los objetivos, los contenidos, la metodología o los criterios de evaluación (Cortés Alegre, 2014).

Desde hace años, la UNESCO dispuso los principios precursores de las competencias: “aprender a conocer, a hacer a ser y a convivir”; pero más tarde el estudio DeSeCo, definió, seleccionó y expuso las competencias clave para los países de la Unión Europea.

Debemos tener en cuenta también que actualmente sólo se somete al alumnos a pruebas externas escritas para valorar la calidad de sus conocimientos y los contenidos memorísticos que ha adquirido a lo largo del curso; pero las competencias no tienen forma de evaluarse o medirse usando exclusivamente pruebas escritas y corregidas por agentes externos al centro sino que se debe tener en cuenta el criterio del profesorado que ha intervenido en el proceso diario de aprendizaje-enseñanza de dichos alumnos (Cortés Alegre, 2014).

Las personas y sobre todo los alumnos en edad escolar, necesitamos las competencias claves para la propia realización y desarrollo personal e intelectual, para obtener el  ejercicio de una ciudadanía activa responsable y la necesaria inclusión social y laboral que tanto se demanda en la sociedad actual. Estas competencias se conceptualizan como un “saber hacer desde el conocimiento y la experiencia”, o sea, saber llevar a la practica un conocimiento y no quedarse solo en el contenido teórico o como esa capacidad personal que debemos desarrollar las personas para resolver adecuadamente las situaciones-problema de la vida cotidiana y real que nos rodea. Las competencias clave deben significar una oportunidad de mejora para que los alumnados aprendan mayor cantidad de contenidos y mejor, contribuyendo y ayudando a reducir el fracaso escolar y a mejorar la atención a la diversidad (Cortés Alegre, 2014).

La aplicación de las competencias dentro de las aulas ayuda a mejorar y asentar las bases culturales que todos los alumnos deben adquirir al acabar la educación obligatoria. Trabajar por competencias significa determinar los aprendizajes y conocimientos mínimos e imprescindibles que cada alumno debe adquirir de cada área, los estándares de aprendizaje que debe “saber y saber hacer”, para defenderse en la sociedad del siglo XXI en la que vivimos actualmente y  también para seguir aprendiendo en las siguientes etapas educativas o a lo largo de la vida (Cortés Alegre, 2014).

En conclusión, como hemos podido comprobar en todo lo leído anteriormente sobre las competencias, éstas son muy importantes y son un factor clave en la educación de los niños, los cuales deben adquirirlas para mejorar, progresar y evolucionar a mejor en ese momento y en el futuro. Por esta razón, se ha decidido que las competencias clave se encuentren siempre en las leyes educativas, a pesar de no poder ser evaluadas, como los conocimientos adquiridos en una asignatura a través de un examen, pero aún así también son muy importantes y las evalúa el profesional que enseña a sus alumnos durante un curso escolar entero.



Bibliografía:

·   López Cazorla, F. J. (2010). Una educación por competencias para una sociedad del siglo XXI. Revista digital de innovación y experiencias educativas, (33). 1-16

·         Ivie. (Octubre de 2001). Educación superior y empleo de los titulos universitarios en Europa. Capital Humano(13).

·  OECD. (2015). Definition and Selection of Competencies (DeSeCo). Obtenido de OECD:  http://www.oecd.org/education/skillsbeyondschool/definitionandselectionofcompetenciesdeseco.htm

Fiske, E. B. (2000). Foro Mundial sobre la Educación. Dakar, Senegal: UNESCO. Recuperado de: http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001211/121117s.pdf

·        Europea, C. (2003). Tuning Educational Structures in Europe. Socrates - Tempus. Recuperado de:

·        Europea, U. (3 de Marzo de 2004). EDUCACIÓN Y FORMACIÓN 2010. Recuperado el 9   de Mayo de 2015, de Consejo de la Unión Europea :

·  Valle, J. & Manso, J. (2013). Competencias clave como tendencia de la política educativa supranacional de la Unión Europea. Extraordinario, 12-33.


  • Cortés Alegre, A. (12 de Junio de 2014). El nuevo currículo LOMCE y el trabajo por competencias. Fórum Aragón, 30-33.